El lenguaje del tacto es sutil, inmenso, completo… es capaz de transmitir las sensaciones, las emociones y los sentimientos más escondidos, más profundos y más intensos. Las caricias son ricas, nos permiten expresar millones de cosas pero, sin embargo, algunas personas las conocen poco y, lo que es más grave, las utilizan poco. Para empezar a usar el lenguaje del tacto, a aprender cómo funciona y a valorar más su poder, qué mejor que recibir un masaje erótico, la técnica por excelencia que lo utiliza.
¿Qué podemos comunicar a través de las caricias?
La verdad, las caricias son universales y pueden utilizarse en muchos, muchos ámbitos. Un ejemplo de ello es el de la madre y el bebé: ella lo acaricia mientras le da de mamar, para que duerma tranquilo, para calmarlo tras un gran llanto. Las caricias permiten a la mamá crear un vínculo muy fuerte con el recién nacido, una relación que perdurará para siempre. Este caso en particular nos ilustra claramente el inmenso poder de las caricias, que nos acompañan más de lo que creemos. Pero, ¿por qué no las usamos bien? ¿por qué no las valoramos? Por que, sobre todo cuando se trata de un acto erótico, la sociedad nos ha enseñado a ir al grano, a no perder ni un minuto con “tonterías”. Pero no, no son tonterías. Para sacarnos esta idea de la cabeza, someterse a las manos de nuestras masajistas eróticas es la solución, algo que te adentrará en un nuevo mundo que podrás disfrutar con tu pareja.
Cuando no estamos acostumbrados a acariciar o que nos toquen, puede que, al principio, el masaje erótico nos haga estar incómodos, inseguros y nos despierte la desconfianza. Sin embargo, es importante superar este paso para penetrar en el mundo de las caricias, pues no lo lograremos si estamos intranquilos y poco relajados. Una buena manera de hacerlo es cerrando los ojos, para así poder concentrarnos al 100% en el sentido del tacto. A medida que las manos de nuestras masajistas se deslizan por tu figura, notarás que tu cuerpo esta lleno de puntos y zonas deliciosas para ser acariciadas, llenas de estímulos y grandes potenciadoras de placer. Si consigues relajarte, sentirás sus dedos, su cabello, podrás acariciar sus orejas, sus mejillas,… todo lleno de caricias evidentes y roces casi imperceptibles que conseguirán erizarte la piel.
Para recibir un masaje erótico, es realmente fundamental entender y valorar el lenguaje del tacto, de las caricias y los roces. Éstos permiten establecer una conversación sin igual con la masajista, crean un clima de comunicación a través de los sentidos. De entre la carta de Masajes Shiva, podrás escoger la modalidad que más te apetezca, ya sea sólo masaje erótico receptor o masaje erótico interactivo. La dimensión del placer depende de tu elección.