Las molestias físicas, el nerviosismo y las cosquillas pueden estropear un masaje erótico. En ocasiones, dichos obstáculos son imposibles de evitar durante el desarrollo del masaje. Sin embargo, junto con tu colaboración, nuestras masajistas eróticas pueden disimularlos y ayudar a concentrarte para que tu mente los evite.
El nerviosismo el receptor no solo se presenta de una única manera durante el masaje erótico. Uno de los motivos principales de su aparición es el hecho de permanecer desnudos. Afortunadamente, nuestras masajistas lo consideran un aspecto de fácil solución. Ellas consiguen transmitir al sujeto la comodidad necesaria, aquello que espantará cualquier nerviosismo o inquietud ante la realización del masaje. Sus manos te parecerán familiares, como si fueran las propias.
Además, al estar ellas también desnudas, provocan una sensación de igualdad entre ambos. Nuestras masajistas eróticas saben perfectamente que la desnudez pierde su importante valor si genera tensión en el receptor.
Otra reacción que puede presentarse es la sensación de intranquilidad al contacto. La sensación de tener manos y otras partes de un cuerpo ajeno en constate contacto con el tuyo puede generar incomodidad. Aun así, no hay nada que nuestras masajistas eróticas no sepan hacer. Ellas van a estar en contacto contigo durante toda la sesión, pero tú también puedes disfrutar de sus fibrosos cuerpos y firmes figuras. Con ellas, tienes la posibilidad de apreciar cada rincón de su cuerpo y experimentar una sensación difícil de igualar.
Las cosquillas, por su lado, son la ruina de todo masaje erótico. Los pies, el abdomen y los costados del torso son los más propensos a provocar esta sensación, que interrumpe la sesión de forma inesperada. Cuando el receptor es altamente sensible al tacto y propenso a tener cosquillas, nuestras masajistas eróticas ejercen una fuerte presión en la zona. De este modo, evitan cualquier obstrucción del masaje.
Finalmente, y uno de los puntos más importantes, ellas tienen especial cuidado con tus molestias físicas. Generalmente se encuentran en zonas localizadas de tu cuerpo, por lo que indicarle a tu masajista erótica dónde sientes exactamente el dolor le será de gran ayuda. En estas zonas en concreto, va a ejercer menos presión y un contacto más tierno y suave. Además, van a recostarte en el tatami de forma que no sufras por ese dolor, así como cambiar tu posición si en algún momento, de forma accidental, una determinada postura es dolorosa para ti.
Las reacciones mencionadas pueden llegar a arruinar un masaje. Sin embargo, gracias a tu colaboración, nuestras masajistas eróticas consiguen combatirlas y realizar un perfecto masaje, lleno de sensualidad y erotismo. Nuestro centro Shiva Masajes en Barcelona puede ofrecerte una experiencia sin igual, que despertará tus sentidos más escondidos.