Para lograr un buen masaje erótico, es imprescindible potenciar el sexto sentido y la imaginación. Se requiere variedad y cambio para mantener el interés, despertar el deseo y, además, evolucionar en la misma práctica. Si no existen fantasías, creatividad e ingenio, no habrá deseo sexual ni, por consiguiente, ningún tipo de acción. Así, es difícil afirmar que la imaginación y los pensamientos no tienen un papel esencial en la práctica erótica. Por ello, las masajistas de Masajes Shiva saben convertirse en una verdadera fantasía, así como provocar placer y deseo sexual. No hay reglas, solo ellas, el receptor y un entorno relajante.
Sin embargo, sí existen una serie de consejos que nos permiten recibir más placenteramente un masaje erótico. De entre ellos, encontramos la respiración, la paciencia y la curiosidad. Traducidos de forma práctica, se corresponden a los siguientes puntos que el receptor debe seguir si desea que su cuerpo responda a las manos de nuestras masajistas eróticas.
- La respiración: este es el parámetro más básico que el receptor debe conocer antes de someterse a las artes de alguna de nuestras masajistas. En primer lugar, la respiración debe ser pausada y profunda, para así situarse relajadamente en el entorno. Una vez alcanzado el ritmo adecuado, el receptor puede dejarse llevar y adaptar inconscientemente la respiración al unísono de los movimientos de la masajista. La excitación será extrema. A medida que avanza el masaje erótico, la respiración profunda, rápida o llana te permitirá dejarte ir, te permitirá volar.
- La paciencia: en el transcurso del masaje, el receptor debe ser paciente, nunca debe esperar el máximo placer desde el principio. Por lo contrario, debe disfrutar de cada gesto, de cada movimiento o de cada caricia en todas las partes del cuerpo. Existen múltiples zonas erógenas que desconocemos y que pueden aportarnos una gran satisfacción. El receptor debe ser lento, debe deleitarse con los detalles de la seducción. Lo que más importa es disfrutar del momento.
- La curiosidad: la curiosidad es un elemento especial que debemos atribuir a los masajes interactivos de nuestro centro. Cuando se trata de acariciar también a la masajista, el receptor debe explorar sus distintas zonas corporales, sentir deseo por cada rincón de su figura. Así, puede producirse mayor excitación. Se trata de buscar las alertas del placer en lugares distintos a los tradicionales. El masaje tántrico consigue un mayor conocimiento del cuerpo, algo que nos permite llegar a la excitación máxima más fácilmente.
Aunque existen otros pequeños consejos para recibir placenteramente un masaje erótico, los tres mencionados son los que el receptor debe interiorizar con antelación. Los demás, serán nuestras masajistas eróticas las encargadas de explicarlos y de ponerlos en práctica. Despide la Navidad con un masaje erótico y empieza el 2015 con buen pie.