El masaje erótico esconde en su elaboración numerosos efectos de carácter general que activan los centros nerviosos del cuerpo del receptor. Se percibe un aumento de la sensibilidad en la zona masajeada marcada por una excitación de los receptores táctiles. Nuestras masajistas eróticas consiguen poner en acción dichos receptores, despertarlos de su sueño y hacerte apreciar cada contacto piel con piel.
En primer lugar, el masaje erótico provoca una relajación general. A partir de la incidencia en la mente del receptor, nuestras masajistas contribuyen a una relajación muscular a través de maniobras lentas y continuas, así como mediante un entorno adecuado. Ellas saben que algunas zonas del cuerpo incentivan especialmente la relajación, como las extremidades, la cara, los pies y, sobre todo, las manos. Asociado a dicha relajación, el receptor puede experimentar un efecto hipnótico, que te permitirá desinhibirte de tu mundo real. En segundo lugar, también podrás sentir efectos a nivel de circulación arterial. Tu corriente sanguínea se acelerará, llegando extremadamente caliente a todos los rincones de tu cuerpo. Una mejora palpable de la circulación venosa del receptor.
Además, es posible que experimentes efectos tímidamente dolorosos. Pellizcos o pequeños muerdos provocan un efecto de enmascaramiento en tu cuerpo, traduciendo el ínfimo daño en un placer corto e intenso. Aun y el placer que producen, tanto los efectos generales como los circulatorios y dolorosos, los efectos más alucinantes del masaje erótico están por llegar.
Nuestras masajistas eróticas emplean todas sus capacidades para provocarte efectos viscerales. A través de distintas maniobras con sus manos y su cuerpo, consiguen despertar en el receptor efectos mecánicos y reflejos en sus vísceras. La sensación de vértigo y alucinación se notara en esa zona del cuerpo, que conseguirá estimular tu predisposición ante el masaje erótico.
Para provocar los efectos descritos, las masajistas eróticas de Masajes Shiva combinan tanto presiones deslizantes profundas como presiones locales estáticas. Además, provocarán fricciones, vibraciones y percusiones. En el primero de los casos, la presión es más fuerte y actúa sobre la piel, efectuada con ambas manos moviéndose al unísono o alternativamente. En el segundo de los casos, en cambio, al encontrarse la presión localizada, no debe alcanzar su potencia máxima de golpe. Por lo contrario, nuestras masajistas aumentan progresivamente la potencia a medida que masajean todas las partes de tu cuerpo, todas sin excepción, siempre con un compás lento.
Finalmente, los efectos también los consiguen a través de foulages. Un foulage es una presión local encadenada, con un ritmo que progresivamente se convierte en rápido a lo largo del trayecto muscular. Nuestras masajistas eróticas generalmente utilizan las dos manos, aunque también pueden proceder a usar cualquier otra parte de su cuerpo como antebrazos, piernas, nalgas, pechos. La práctica consigue unos resultados relajantes, que te aportan tranquilidad y harmonía.