En ocasiones, las personas focalizamos nuestra atención en los genitales cuando de masaje erótico se trata. En realidad, existen muchas otras partes corporales que consiguen estimularnos y generar un resultado mucho más placentero. Éstas también son consideradas zonas erógenas, que nos provocan esa sensación que nos es tan difícil de describir. Hombres y mujeres se rinden a una de sus funciones, que les permite disfrutar de una explosión corporal de lo más saludable.
Todos sabemos que las zonas erógenas son las partes más sensibles de nuestro cuerpo. Al estimularlas de alguna manera, causan una reacción que puede generarnos la máxima satisfacción posible. Las mujeres y los hombres somos distintos en muchos aspectos, pero en el caso del erotismo compartimos una serie de características. La verdad, muchas de las zonas erógenas de nuestros cuerpos son las mismas y deben ser estimuladas cuando hacemos un masaje erótico.
En primer lugar, el cabello es una de ellas. El masaje en el cuero cabelludo contribuye a una relajación placentera, siendo una de las partes más indicadas para el principio y el final de un masaje erótico. Por otro lado, la boca es el símbolo de sensualidad por excelencia. El contacto de los dientes con unos labios cremosos genera excitación en el ambiente y, además, el paseo de un dedo por su longitud despierta nuestra sensibilidad. En la misma zona, las orejas concentran la mayor parte de la sensualidad. La parte trasera de la oreja y el lóbulo son los sectores más excitantes, sobre todo en los hombres.
En segundo lugar encontramos los pies, que están repletos de terminaciones nerviosas. Al masajearlos, pueden llegar a proporcionar emociones muy placenteras. Para mantener los pies dentro del todo del masaje, nuestras masajistas empiezan o finalizan por ellos, siempre siendo alcanzados o seguidos por las piernas. Sin embargo, no sólo las extremidades inferiores constituyen una zona erógena. Los brazos, sobre todo las axilas y la parte interna, son sectores de gran estimulación.
Y en tercer lugar, la espalda. Los lados de la columna vertebral, el vientre, la zona de alrededor del ombligo (sobre todo en las mujeres) y entre el ombligo y el pubis (sobre todo en los hombres) generan grandes sensaciones de erotismo, sensualidad y excitación. Cabe destacar que para lograr un encuentro repleto de sensaciones es necesaria una estimulación del cuerpo en general, no solo de las zonas erógenas descritas. El cuerpo concebido como un todo es lo que conseguirá llevarnos a la cima del placer.
Nuestras masajistas eróticas conocen su cuerpo y, en cuestión de segundos, consiguen familiarizarse con el tuyo. Gracias a su experiencia, logran distribuir el masaje erótico por igual en todas las partes, evitando una sensación demasiado repetitiva y cansada. Con su masaje erótico, tu placer está en buenas manos.