Nuestras masajistas nos desvelan algunos de sus trucos
No utilices solo las manos
Un buen masaje erótico es la combinación perfecta de una relajación profunda y la estimulación de las zonas erógenas para llevarte a experimentar un placer muy intenso. Es uno de los mejores regalos que puedes hacerte viniendo a nuestro centro de masajes y también puede ser la clave para mejorar tu relación de pareja o acercarte más a la otra persona. Es un momento íntimo en el que se genera un vínculo de confianza entre los dos y es mucho más fácil dejarse llevar.
El masaje erótico depende sobre todo de la habilidad de manos y dedos para presionar rítmicamente el cuerpo del otro. Combinamos distintas técnicas según la zona y exploramos el cuerpo para potenciar la excitación sobre los puntos erógenos que más te exciten a ti. Pero uno de los secretos es ir más allá y no limitarse a utilizar las manos.
Las zonas más sensibles normalmente de piel fina son el mejor sitio para utilizar los labios y la lengua. Empieza besando suavemente, eso creará expectación en la otra persona y la preparará para luego sentir tu lengua. Esta sensación es muy placentera porque la otra persona puede sentir la humedad y tu aliento que despertarán todas sus terminaciones nerviosas.
Para las zonas más carnosas o musculadas utilizamos otra técnica menos delicada como pueden ser mordiscos suaves o arañar con las uñas. Esto produce una sensación muy diferente a las caricias y esta novedad excita aún más.
Cada persona tiene sus gustos particulares por lo tanto siempre tiene que haber comunicación con la otra persona para saber cuáles son sus zonas más erógenas y con qué presión y con qué parte del cuerpo experimenta más placer.
La clave está en la combinación de las mejores técnicas
Zonas erógenas desconocidas
Conocer tus zonas erógenas va a hacer que tengas mejores experiencias sexuales al conocer mejor tu cuerpo y tus gustos.
Las principales zonas erógenas del cuerpo masculino que ya conocemos son el pene, los testículos, el perineo y punto P del que os hablaremos a continuación y los pezones.
Sin embargo, hay otras zonas que desconocemos que son erógenas o que les prestamos muy poca atención y no sabemos cómo estimularlas como pueden ser las orejas, los pies y los tobillos.
Las orejas
Aunque el lóbulo de la oreja es la parte que más se suele estimular lo mejor es empezar por el borde externo y luego ir hacia dentro. Susurra en la oreja de la otra persona para empezar a excitarle diciendole cuánto le deseas, deja que sienta tu respiración y después pasa a los besos. La humedad y calor de tu lengua será el mejor de tus trucos para llevarle a sentir un placer inimaginable.
Los pies
Esta es una zona erótica muy especial al ser también zonas reflejas. Se dice que prácticamente se puede dibujar un mapa del cuerpo entero en la planta de nuestros pies, cada punto del pie corresponde a otra zona del cuerpo.
Por eso las zonas claves que se pueden estimular son los tobillos –cuya zona refleja son los genitales– y un punto de presión que se localiza en la planta, engloba alrededor del 33% del recorrido desde antes de la curva en el centro hacia el tercer dedo del pie. Se llama el gorgoteo de la primavera, si se presiona este punto estimula el torrente sanguíneo por todo el cuerpo, excitándolo por completo.
Importancia del punto P
La importancia de la respiración
KSMO significa “Key Sound Multiple Orgasm”, este es el nombre de la técnica de respiración que puede conducirnos a un mayor placer durante el orgasmo.
Gracias al KSMO el orgasmo ocurre a través de todo el cuerpo, no solo se centra en el área genital como ocurre normalmente.
El método indica que con la respiración se debe producir un sonido (el key sound que le da nombre) que genera una vibración en el cuerpo, como si se tratase del ronroneo de un gato. Esta técnica de respiración se acompaña de una ligera estimulación con un masaje en el perineo o en el punto P que te haga experimentar un leve hormigueo de satisfacción conocido como “el efecto Eco”.
Este es el último de los mejores secretos del masaje erótico, ahora puedes visitarnos y experimentarlos en persona y luego ponerlos en práctica.