Las caricias y los susurros son una de las manifestaciones más sensuales e íntimas de una pareja. Las caricias en el lugar correcto y en el momento adecuado son una de las demostraciones más bellas de amor y un susurro es capaz de hacer erizar toda tu piel si proviene de la persona amada.
La caricia curativa
Las caricias tienen una multitud de beneficios que pueden mejorar el estado de tu salud física y mental. Las caricias pueden llegar a disminuir la depresión, calmar el dolor y de fortalecer el sistema inmunológico.
Las caricias y los susurros liberan grandes cantidades de dopamina y endorfinas en el torrente sanguíneo, lo cual reduce el estrés y fomenta la felicidad y el placer creando relaciones saludables y sólidas.
Los químicos que se liberan durante los juegos preliminares, los abrazos, los masajes en la espalda y en los pies, entre otros, pueden ser muy similares a los que se liberan durante el orgasmo, pero de menos intensidad.
La excitación a través de la caricia
El cerebro se considera el órgano sexual regente, ya que regula la secreción hormonal y dirige nuestras emociones. Nuestro cerebro es capaz de interpretar los estímulos y como resultado, segregar las hormonas responsables de la excitación y del placer.
Así pues, las manos pueden ser las mejores aliadas para elevar el deseo sexual en los hombres. De hecho, es la manera idónea para potenciar las erecciones, sobre todo si el hombre sufre de disfunción eréctil. A continuación, hablaremos de cinco puntos erógenos que utilizando las caricias pueden avivar el deseo.
Cuero cabelludo
Se puede empezar el juego preliminar pasando los dedos suavemente por el cuero cabelludo, ya que esta parte del cuerpo cuenta con numerosas terminaciones nerviosas. Acariciar esta zona puede ser el comienzo perfecto para dar pie al placer.
Labios
Otra zona sensible a la estimulación son los labios porque la piel que los recubre es muy delicada. Se puede aumentar el erotismo no solo besando a tu pareja, sino también acariciando los labios suavemente con las yemas de los dedos.
Perineo
Entre el escroto y el ano se encuentra la zona erógena llamada pirineo. Con una estimulación adecuada puede aumentar el nivel de excitación del hombre.
El pirineo se considera el tercer punto más sensible después de los testículos y el pene. Por este motivo, es importante tratarlo con delicadeza y acariciarlo suavemente con los dedos.
Testículos
Los testículos son la zona más sensible del cuerpo de un hombre, por ello, se debe tratar con mucho tacto. El roce o la caricia suave sobre este punto puede ser perfecto para provocar distintas sensaciones.
Pene
Por último, pero no más importante, la zona erógena por excelencia de un hombre es su pene. En el glande se encuentran una infinidad de terminaciones nerviosas. La estimulación adecuada de toda el área genital puede llevar a un mar de sensaciones distintas que puede llevar hacia un placer inigualable.